Muy interesante la mesa redonda que tuvo lugar a las 18:00h el pasado jueves 11 de marzo en el Baluarte dentro del programa del V Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia. Lástima que el tiempo fue escaso, empezó un poco tarde y apenas hubo espacio para el debate.
La primera exposición corrió a cargo de Elena Castro, del CSIC. Fue breve pero incisiva en su visión de la innovación.
Centró su discurso, a mi juicio con acierto, en la idea de que innovar es más que aplicar una tecnología para generar un nuevo producto o proceso. Es un comportamiento, es un deseo de cambiar que se aplica a todas las áreas del conocimiento incluyendo humanidades y ciencias sociales. Para Elena, la innovación es una fuente de oportunidades para abordar nuevos sectores, nuevos servicios, modificar las administraciones y los modelos sociales.
Personalmente suscribo esta visión que no acota el hecho innovador únicamente a la aplicación práctica de las ciencias experimentales. Creo que la superación sostenible de la crisis que nos toca vivir, pasa por innovar en modelos sociales de comportamiento: consumo, derroche energético, cultura de acumulación, descontrol del capital, etc. ¿Quién puede creer sinceramente que el objetivo de un colectivo regional, nacional o continental es alcanzar un elevado “nivel de vida” perdurable basado solo en una sociedad de servicios? ¿Podemos asumir con honestidad que un aspecto clave de nuestra estructura social sea que la producción se gestione en países y colectivos subdesarrollados respecto a nosotros?
En segundo lugar intervino Miguel Ángel Quintanilla de la Universidad de Salamanca.
Se centró en la innovación tecnológica y en la influencia que los factores culturales tienen sobre la misma. Destacó que la inversión en I+D, aún siendo muy importante, no es garantía de éxito por si sola. Están también los procesos de información y divulgación de la ciencia que influyen mucho tanto en la capacidad de innovar como en la propensión a innovar.
Como muestra de ello, expuso un interesante ejemplo sobre cómo puede influir la información en la formación. Se basó en los resultados de un análisis semántico efectuado sobre los libros de texto de secundaria. Curiosamente casi todas las disciplinas aparecían ligadas unas con otras en mayor o menor medida (Tecnología, CC naturales, CC sociales, Física y Química, Lengua, Religión). Solo las Matemáticas quedaban inconexas. ¿Puede ser ésto un síntoma de infravaloración? ¿Como puede aislarse en la nube del conocimiento una materia tan presente en todas las áreas?
Como comentario, decir que comparto en líneas generales el hecho de que la ciencia y por ende la innovación se vean afectadas por el entorno cultural. Pero quiero resaltar la influencia especialmente nefasta que a mi juicio ha tenido y sigue teniendo la religión en el libre avance del conocimiento. Desde el respeto a los creyentes, no puedo compartir planteamientos basados en la fe, en el dogma, en los milagros y en los misterios. Cualquiera de éstas cosas supone una barrera al libre devenir del pensamiento y por tanto a la búsqueda aséptica de la verdad.
De la tercera exposición se ocupó Esteban Morrás, navarro de Sesma bien conocido en todas partes por su trayectoria en energías renovables y aunque sea poco frecuente, también conocido y reconocido en su tierra.
En su planteamiento y posiblemente por deformación profesional, centró el interés de la innovación en el entorno energético. Él entiende que la innovación es una actitud esencial del ser humano que le hace pensar que siempre se puede aportar algo. Es firme partidario de cambiar el actual modelo de energías que funciona contra reservas finitas (gas, petróleo) y que crea tantas tensiones geopolíticas. Ferviente defensor del coche eléctrico como vehículo de transporte y como almacén de energía distribuida, ve fundamental que el proceso científico innovador asociado no conduzca a errores similares a los del pasado (Li, Nd frente a fósiles). Todo ésto lo sintetizó en una frase: "La Ciencia tiene que ponerse el sombrero de usuario del planeta"
Yo personalmente discrepo parcialmente en algunos puntos. Respecto a la estrategia de redes de distribución eléctrica, no termino de ver al coche eléctrico como almacén práctico de energía (horarios, disponibilidad). En cuanto a los materiales geoestratégicos, el Li y el Nd son materiales reciclables frente a los combustibles petroquímicos que obviamente no lo son. Pero en general si que comparto con él que cualquier avance científico innovador debe hacerse desde el esfuerzo obsesivo en mantener la sostenibilidad del planeta. ¿En detrimento del conocimiento puro........?
En último lugar intervino Juan josé Toharia, reputado sociólogo y periodista que centró su exposición en la percepción social de la ciencia.
Presentó los resultados de un estudio de Metroscopia relativo a la receptividad de los españoles frente a la ciencia. ¿Qué piensa el ciudadano medio al respecto?. Me resultó extremadamente chocante ver la discrepancia entre la creencia general (distanciamiento) con los resultados de la encuesta. De hecho, la gente pone en su valoración a los científicos en primer lugar por delante de la Corona, de ONGs, etc. El 90% piensa que los avances que se consiguen son decisivos para la Humanidad. Un 70% piensa que la ciencia no tiene respuestas para todo y finalmente, el 18% piensa que son importantes las "ciencias alternativas". Es precisamente ahí donde el ponente se mostró muy crítico con las "pseudociencias" como el tarot, la astrología, la videncia y la homeopatía. Me pregunto qué haría si viera los encarnizados debates respecto a ésto último que aparecen en la info-general de la UPNA. Como resumen de éste apartado, Juan José Toharia manifiestó que la sociedad española presenta una buena disposición hacia la ciencia hasta el punto que el clásico jocoso "soy de letras" o "soy de ciencias" está perdiendo sentido.
Según mi propia percepción (seguramente subjetiva y poco o nada documentada) los avances científicos y la innovación van calando entre la población en general pero creo que se dedican pocos recursos. Los medios especializados son pocos y poco rentables. Es un problema elemental de oferta-demanda-dimensión. Esto no cambiará si no vamos generando demanda de cultura científica desde la educación más básica. Creo también que la divulgación existente en medios "ligeros" y masivos como los periódicos, incurren con frecuencia en titulares excesivos y poco rigurosos. Yo diría que incluso frívolos. Recuerdo un artículo reciente en el que se mencionaban unos trabajos sobre la refracción negativa y la invisibilidad a ciertas frecuencias y el lector podía concluir sin esfuerzo que dentro de un mes podría comprar en las ferreterías una pintura para hacer invisible la caseta del perro en dos brochazos.
Para terminar, unas pinceladas de temas que surgieron en el debate que me parecieron curiosas y que apenas quedaron esbozadas:
- No se ha superado suficientemente el ser de letras o de ciencias
- La iglesia católica sigue creyéndose capacitada para "perdonar" a Galileo
- Más importante que ¿por qué estamos aquí? es ¿cómo seguimos ahora?
- Herejía e Innovación tienen la misma raíz en árabe
Con la primera estoy de acuerdo. Creo que el ser humano actual y futuro ha de propiciar una simbiosis cultural que elimine o haga difusa la frontera entre ciencias o letras. Creo también que la frase "yo de eso nada, soy de letras (o viceversa)" no solo no sirve de excusa sino que no tiene ninguna gracia.
Respecto a la Iglesia, perdón por lo escatológico, pero más que admitir su error, tenía que haber publicado universalmente: "La cagamos con Galileo"
En cuanto a mirar hacia adelante, completamente de acuerdo. Peeeero....nos quedan muchas por saber del pasado que sin duda iluminarán nuestro futuro.
Finalmente me regocija que los términos herejía e innovación tengan raíces comunes. Admiro a los herejes porque le echan valor y se cuestionan lo establecido. Yo estoy con los herejes. Incluso con los científicos herejes. Dónde estaríamos si los científicos en general se hubieran plegado sumisamente al saber y a las doctrinas oficiales..........
En fin, una pena que la mesa no haya durado un par de horas más.