miércoles, 14 de abril de 2010

La carrera de un científico

Ya que no pude estar en clase, me gustaría comentar acerca de los artículos que tocaba leer para esta semana. Primero que todo me gustaría decir que afortunadamente parece que en algo hemos mejorado desde la fecha en la que se escribieron los artículos y lo digo con conocimiento de causa ya que tanto yo como otros estudiantes del máster estamos contratados por la Universidad con todo lo que ello implica (seguridad social, derecho al paro, etc ...). Afortunadamente también las becas doctorales hoy en día incluyen algunos de estos derechos. Esto está muy bien y supone la corrección de uno de los grandes problemas que históricamente había tenido la Investigación en España, pero todavía falta por solucionar un problema de fondo que es la imposibilidad en muchos casos de seguir una carrera investigadora.

La pregunta ahora es ¿qué sacamos gastando grandes cantidades de dinero en la formación de doctores y personal investigador si al final las empresas no los requieren? Soy un firme convencido que el estado no puede asumir el coste de mantener a una legión de investigadores funcionarios. La ciencia y la investigación tienen que producir riqueza que no va a salir de laboratorios y universidades públicas sino del sector privado. De nada nos sirve meter un montón de dinero en investigación para publicar unos papers, si luego esa investigación no se transfiere a una empresa que sea capaz de aplicarla y venderla, devolviendo a la sociedad en forma de impuestos y puestos de trabajo la inversión que en ella se ha hecho. El hacer ciencia con el único objetivo de publicar me parece una enorme pérdida de dinero, que sería mejor aprovechado en otras cosas.

Lamentablemente y pese a que vivimos en pleno siglo XI, el sector empresarial español sigue sin darse cuenta en su mayoría de la necesidad de innovar y reciclarse constantemente si se quiere ser competitivo. Al final se trata de un asunto de supervivencia. Son pocas las empresas que se han arriesgado y creo que en general han salido airosas, lo que es un gran ejemplo del potencial de la investigación. Véanse casos como los de Construcciones Aeronáuticas (CASA), Zara, Viscofan sólo por mencionar algunas de las grandes. Sin embargo, pese a estos casos de éxito, el sector privado español sigue siendo reticente a la inversión en I+D sobretodo por que los resultados no están garantizados. Algo que la cultura empresarial española no ha entendido es que la investigación, como cualquier otra decisión en el ámbito de los negocios supone un riesgo y que por tanto el dinero invertido en ella puede dar sus frutos o no. Todo esto se traduce en la falta de puestos de trabajo para aquellos que buscan seguir una carrera investigadora.

Todo lo anterior hace de la carrera investigadora un camino incierto que disuade a muchos jóvenes de comenzarla y a los otros que ya están en ella a abandonarla o simplemente migrar a otros países donde pueden explotar todo el potencial investigador que poseen, y hacen bien. Son muchas las cosas que hay que cambiar empezando por hacer que la recompensa económica, social y personal compense los sacrificios que hay que hacer.

1 comentario:

  1. En efecto, antes de los "precarios" la cosa si que era precaria. Si se mira con prespectiva se ha mejorado claramente.

    Coincido en una parte de tu análisis: la falta de asunción de un papel activo por parte del sector privado en estas cosas. Disiento en cambio de la idea de que sólo la "ciencia útil" merece la pena y que investigaciones que acaban en un papel no merecen la pena... Pero detallarlo sería muy largo.

    Buen análisis.

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