lunes, 10 de mayo de 2010

Patentes sobre genes. Historias curiosas!!!

En esta entrada quiero comentar los precedentes que se han dado durante la historia para llegar al punto donde se encuentran las patentes de los genes.

Se podría decir que todo comenzó en 1980 en Estados Unidos, cuando se intentó patentar una bacteria para descontaminar el crudo. Como bien sabemos los descubrimientos no se pueden patentar, solo las invenciones por eso esta gran controversia con esta bacteria. Al final se le consideró como una nueva composición de materia: una manufactura novedosa, útil y derivada de una actividad inventiva. Este caso revolución las patentes de organismos vivos en general. En este época se popularizó la frase que recogía la doctrina de la Corte Suprema para saber si un organismo se podía patentar: "la protección de las patentes puede concederse a cualquier cosa bajo el sol hecha por el hombre". A partir de ahí se fueron patentando organismos modificados genéticamente como plantas de maíz y una clase de ostras. El caso más curioso y de los más polémicos se dio en 1988 con el oncoratón. Un ratón modificado géneticamente que es susceptible de desarrollar cáncer. Finalmente la patente fue aprobada y se pueden comprar oncoratones por un precio de unos 30 $. Desde aquella polémica han sido muy pocas las patente de animales que se han concedido.

En 1990 se dio otra de esas historias que sentaron precedentes. Fue el caso de John Moore, un enfermo de leucemia que producía células con una proteína muy útil y "lucrativa". Fue la primera vez que se otorgó una patente sobre una línea celular humana. La polémica surgió porque el paciente ni autorizó ni tuvo conocimiento de esa patente. Cuando se enteró reivindicó participar en los beneficios pero se desestimó su recurso ya que alegaron que no tenía derecho de propiedad sobre las células y que la donación de un órgano a la ciencia no puede generar derecho lucrativo. La única solución que le propusieron fue presentar cargos al hospital por no haberle informado del posible valor comercial de sus células.

En general en Europa es mucho más difícil patentar organismos que en EEUU ya que se prohíben automáticamente todas las patentes de razas animales y variedades vegetales. Por ejemplo se han desestimados patentes curiosas como la de ratones modificados genéticamente para ser calvos y probar tratamientos anti-calvicie sobre ellos. Sin embargo la controversia está servida entre países ya que así como Dinamarca rechaza automáticamente todas las patentes, Suiza por norma general considera aceptables todas.

La total polémica en cuanto a las patentes de genes humano se desató en 1991 cuando Craig Venter, uno de los investigadores genéticos más famosos del mundo intentó patentar de golpe una centena de EST, "etiquetas de secuencia expresadas", un instrumento que sirve para identificar la estructura completa de los genes humanos con una velocidad sin precedentes hasta ese momento. La patente fue rechazada ya que no se le vio una funcionalidad clara. Sin embargo si que es posible patentar secuencias de ADN humano. La utilidad de estas patentes puede tener una repercusión inimaginable ya que la idea es desarrollar fármacos que incidan expresamente sobre una proteína concreta y se puedan curar enfermedades que hasta ahora no se podían.

La división de opiniones es clara: las leyes no permiten conferir derechos sobre los seres vivos. ¿Deben ser los genes tratados como vida? ¿O por el contrario se debe poder patentarlos al igual que se pueden patentar las moléculas? Si los genes pertenecen a la naturaleza humana, ¿Por qué es posible patentar secuencias de ADN humano si éticamente es el mismo caso? La polémica esta sevida.

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